El Modelo Pedagógico de la CUR, está enmarcado en el enfoque humanista, y por tanto privilegia el desarrollo individual y colectivo pleno, desde la autenticidad y libertad individual contextualizada a nuestra sociedad global, que debe confirmarse en el perfil de nuestro egresado, como Ser humano autónomo, ético, creativo, visionario, emprendedor, critico, competitivo, eficiente, afectivo y responsable, idóneo para “saber hacer en contexto” y considerando que el perfil de nuestro estudiante se encuentra en rangos de población socio-política menos aventajada para insertarse a los contextos económicos, sociales, culturales y políticos.
Es innegable que nuestra Práctica académica ha venido fortaleciéndose visiblemente comprometida con la formación de un ser humano integro e integral, mediante la inversión que realiza para el mejoramiento continuo de la calidad de sus procesos académicos, la cualificación profesoral, el incentivo a la innovación e investigación, la incorporación de las nuevas tecnología de la informática y comunicación, la flexibilidad en sus modelos y opciones de oferta educativa y la gestión ágil y eficiente de sus procesos administrativos.
Sin embargo, se siente debilidad en los vínculos de la comunidad universitaria entre si y en su relación con el entorno, la comunidad, la empresa, la sociedad global.
Siendo para la Escuela de Ciencias Empresariales, una obligación natural y esencial, dar cuenta del saber procedimental de nuestro egresado en el desarrollo de su trayectoria profesional en las empresas y organizaciones en las que va a desenvolverse, y apoyarlo a descubrir y desarrollar su potencial empresarial desde cualesquiera de los campos del saber, consideramos que el requisito de realizar una práctica laboral que no en todos los casos resultaba pertinente y que en muchas ocasiones se convertía en situaciones inconvenientes con la situación laboral permanente de nuestra población estudiantil, que debía renunciar a sus actividades cotidianas para insertarse en una dinámica como practicante sin retribución económica, encontrándose a su regreso de ese tiempo sin vacante ocupacional por considerables periodos de tiempo con las respectivas consecuencias que esto generaba en su economía individual y familiar.
Se hizo necesaria la concepción de la asignatura Práctica Social para generar una dinámica interactiva, comprometida con el desarrollo ético, ambiental y económico; compartida y colaborativa, que se constituya en un elemento transversal de formación académica que promueva una cultura hacia la investigación, un pensamiento critico, orientación en la innovación y la creación de valor, que posteriormente permita aportar conocimiento socialmente útil, que genere un ejercicio profesional más maduro con beneficios éticos sostenibles y un impacto efectivamente transformador de la sociedad en la que interactuamos.